Mi mujer tiene un iPhone y yo un teléfono Android, somos una familia multiplataforma.
Para mí Android es lo mejor, aprovecho al máximo la conexión con Google que ya tengo en el trabajo, y tengo libertad para instalarme programas que en iPhone no podría. Tampoco uso tantos programas y podría tener un iPhone pirateado con la misma libertad, pero el teléfono es el teléfono y tal como está me funciona muy bien.
Por el contrario mi mujer no ha estado contenta con ningún teléfono hasta que no ha tenido su iPhone, incluyendo las ocasiones en las que hemos utilizado el mismo tipo de teléfono. Yo estaba encantado, y a ella el mismo modelo no acababa de gustarle.
Sin embargo como tablet en casa tenemos un iPad prácticamente desde que lo lanzaron, fui yo el que insistió y a pesar de que tengo que pedir turno para poder usarlo creo que fue una buena compra.
Sólo recientemente ha entrado en casa un tablet Android que nos regalaron, y aunque al final hemos acabado dándole uso también (los tablets son unos dispositivos realmente muy versátiles), no dejamos que lo usen los niños sin supervisión.
Además tenemos la anécdota de que mi sobrina tiene un tablet Android, pero está deseando tener un iPad como su primo. El iPad es un claro ganador en esta batalla.
¿A qué se debe?
Usando el iPad
Los juegos sobre una pantalla táctil son geniales para los niños, independientemente de que hablemos de un iPad o no. Hay tablets Android con pantallas muy buenas, una respuesta muy rápida y estéticamente muy bonitos.
Sin embargo el mejor tablet del mundo no es nada sin juegos, y los niños tienen un espíritu muy volátil que hace que pronto se cansen de los que tienen instalados. Uno de los momentos más emocionantes con mis hijos, sobre todo con el mayor, es el de “vamos a instalar nuevos juegos en el iPad”.
Los elegimos, miramos las fotos e incluso algún vídeo, y los instalamos. Nunca podemos instalar más de 3 o 4, ya que las ganas de empezar a jugar con ellos hacen que me arranque el cacharrito de las manos.
Ahora ya es mayor y lo ha visto hacer tantas veces que se busca él mismo los juegos en el App Store, de momento no tiene permiso para instalarlos sin supervisión y acaba trayéndome el iPad para que se los instale. Yo echo un vistazo rápido, pongo la contraseña, y la tarjeta de crédito claro 🙁
Usando el Android
Mis entrañas como padre se revolvieron la primera vez que quise hacer lo mismo con mi hijo en el nuevo tablet Android, y también me pasa cuando viene mi sobrina y me pide que le instale juegos nuevos en el suyo.
A mi sobrina se los tengo que descargar manualmente porque su tablet no tiene un App Store de verdad, ya que es uno de los primeros modelos chinos que salieron y no tiene Google Play. La experiencia es pésima, porque tenemos que buscarlo en la web y después de pasarlo al tablet artesanalmente.
Y lo cierto es que no todos los juegos que instalamos conseguimos que funcionen, por lo que la emoción de mi sobrina se ve frustrada por el “este no vale para tu dispositivo”, este “requiere Flash”, …
En el tablet de casa sí que tenemos Google Play, es un Samsung Galaxy muy bonito y moderno. Sin embargo cuando me siento con mi hijo a buscar tengo que darle ridículas explicaciones sobre por qué no puedo instalarle algunos juegos.
- No, hijo mío. Ese es un juego de papás. Los juegos eróticos y de zombis no son para niños
- No es que el nombre tenga faltas de ortografía, cariño, es que han utilizado un traductor automático.
- Vamos a instalarlo pero este juego me huele a que está lleno de publicidad y te lo tendré que borrar.
- Pues no sabría decirte por qué no funciona este juego que acabamos de instalar, la verdad.
Algunas de estas cosas también pasan en el App Store de Apple, pero en Google Play es demasiado habitual.
¿Entonces no debo comprarle un Android al niño?
Puedes comprar un tablet Android por menos dinero que un iPad, pero creo que no lo disfrutarán igual. Aunque compres uno con buena pantalla, rápido y ligero. Aunque dediques tiempo a filtrarle las aplicaciones para que no se encuentren cosas raras. Siempre tendrás que estar muy encima.
Si por el contrario te gastas un poco más y optas por un iPad, aunque sea el más barato de la gama (el que yo tengo), tampoco es que vayas a vas a evitar problemas de contenido inapropiado. Pero son mucho menos frecuentes.
Y con el iPad tendrán un complemento para su aprendizaje y sus juegos que es prácticamente infinito. En casa anda cerca de los tres años desde que lo compramos, mi hijo mayor ha crecido con él, y de todo el dinero que nos habremos gastado en juguetes estos años es ese del que nunca nos hemos arrepentido.
Mi teléfono Android es genial para mí, para llamar por teléfono, leer el correo e instalarme mis propias aplicaciones. Ver vídeos, navegar, hacer fotos…
Pero no le compraré a mi hijo un tablet para jugar y aprender, si no es un iPad o algo que se le acerque, porque hay un abismo entre este cacharrito y cualquier otro ordenador parecido.
Pero es una opinión personal, lógicamente.
PD: La foto no es mía, se llama Digital Twins y la encontré en Photodune.