Mi hijo no quiere hacer los cuadernos de verano.
En el cole se los han mandado a todos los niños, nos dieron una lista de los libros de actividades recomendados para el verano y nosotros como padres obedientes se los hemos comprado.
En realidad yo no estaba muy de acuerdo, ya que había pensado organizarle unas tareas que le resultaran a la vez educativas y divertidas. Algunas apps para el iPad de las más chulas, dibujos animados en inglés sin subtítulos para poder practicar el idioma, y labores manuales que le sorprendieran.
Porque yo recuerdo cómo odiaba los cuadernos de vacaciones cuando era pequeño, y recuerdo perfectamente que mis padres perdieron todas aquellas batallas conmigo. Y no iba nada mal en el cole, es que el verano era… pues eso, para divertirse.
Así que le conté a mi mujer el plan, y ella mi miró con cara de guasa diciéndome algo del estilo de “ya te vale, tiene que hacer lo que le han mandado en el cole”. Y claro, compramos los libros de marras.
Y mira tú por donde, al niño no le gustan.
Como es muy lúcido para su edad, argumenta que ha ido muy bien en el cole todo el curso (y tiene razón) así que no entiende por qué ahora tiene que hacer “deberes” cuando está de vacaciones.
Y cada día el momento de los cuadernos de verano es una auténtica bronca, con llantos, discusiones, …
Ha llegado el momento del plan “B”.
Voy a poner en marcha el bittorrent, para conseguir la mejor serie infantil que se haya hecho nunca y que todavía no esté en español.
Voy a buscar las mejores apps para el iPad, esas en las que sumar y restar, contar y resolver problemas es divertido incluso para los mayores.
Y voy a pedirle ayuda a Google para encontrar un montaje, maqueta, cachivache o artilugio que podamos realizar durante el mes de Agosto. De esos que luego le cuente a sus hijos lo bien que se lo pasó aquel verano con sus padres.
Igual voy al infierno de los pedagogos, pero… estoy seguro de que merecerá la pena 🙂