En realidad la idea inicial con los trenes de juguete no era muy ambiciosa.
Cuando un día pasamos por delante de la sección de juguetes del IKEA y vimos una pequeña caja de trenes de madera, barata y sencilla, enseguida nos gustó.
Nuestro hijo era un bebé en su carrito y sabíamos que todavía no podría apreciarlo, pero pensamos que cuando creciera le gustaría, éramos padres primerizos y acabamos comprándola.
A medida que el niño ha ido creciendo el juguete ha ido entrando y saliendo del trastero, porque tiene temporadas en las que le apetece jugar y temporadas en las que no le hace ni puñetero caso. Cada vez que le volvía el interés por el juguete al principio lo animábamos comprando otra caja de accesorios en el IKEA, lo que nos permitía montar circuitos gradualmente más elaborados.
El rumor empezó a extenderse por la familia, estos trenes son bastante populares en diferentes marcas y ahora cada vez que algún familiar ve un accesorio de oferta no deja pasar la oportunidad de regalárnoslo.
La colección se ha hecho muy completa así que en realidad ya no necesitamos comprar más vías, pero de vez en cuando acudimos al inmenso catálogo que tiene Amazon en trenes de madera para comprar más accesorios que nos permitan aumentar las posibilidades de nuestra colección.