Y es que Tickety Toc tenía un aspecto excelente, la verdad. Los dibujos son agradables, el argumento fantástico y de temática original. No son dibujos violentos o vulgares.

En España hemos podido verlos por fin en el canal Nick Jr., así que cuando lo descubrí programé en el PVR la grabación de algunos episodios para poder ponérselos a los niños y ver qué les parecían.

Una vez grabados esperé a la próxima oportunidad que surgió de “vamos a poner unos dibujitos”, momento en el que se los puse y observé desde la distancia sus reacciones mientras los veían.

Para mi hijo mayor con casi 8 años ya son unos dibujos demasiado infantiles, sin embargo les prestó un poco de atención porque le hacían gracia los dibujos y lo original del argumento. Pasados unos minutos empezó a perder el interés porque los diálogos eran demasiado infantiles, como era de esperar.

La pequeña con 2 años tuvo aún menos paciencia. Escuchó atentamente la musiquita del principio, pero en cuanto empezó a desarrollarse el argumento continuó con lo que estaba haciendo sin volver a levantar la cabeza más que cuando había algún ruido de golpes.

Probé en otra ocasión el experimento, otro día y en otras circunstancias, con el mismo resultado. Ambos prestaron un poco de atención al principio y sin embargo perdieron interés a los pocos minutos.

Sin embargo en el segundo experimento me sorprendió que al acabar el episodio de “Tickety Toc” empezaba uno de los “Wonder Pets”. Una serie de música repetitiva y desafinada, con unos dibujos que me parecen bastante feuchos, y con unas temáticas extrañas. De las que no me gustan, vamos.

Ambos niños estuvieron inmóviles frente al televisor mientras duró el episodio. Como eran unos pocos minutos que habían cabido al final de la grabación de “Tickety Toc” se quedaron a medias, y ambos se quejaron porque no habían podido terminar de verlo.

Desde entonces grabo los episodios de los “Wonder Pets”, y estoy revisando mis criterios para decidir cuando una serie es buena para los niños.

Tickety Toc Wonder Pets

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