Mis hijos son de la era digital, pero son niños al fin y al cabo. Además de ver la tele y jugar con el iPad también les gustan los paseos al aire libre, los juegos en la calle y el contacto con la naturaleza.

En casa de mis padres hay un pequeño terreno para cultivar, así que cuando vamos a visitarlos dan rienda suelta a sus instintos jardineros y agricultores paseando por entre las plantas. Ayudan a regar, recolectan alguna que otra fresa y pasan un buen rato.

Reconozco mi total desconocimiento sobre jardinería y horticultura, aunque mi mujer tiene afición por tener macetas con flores yo no he prestado nunca demasiada atención.

¿Y qué tiene que ver un huerto urbano con los niños digitales?

Pues la clave está en YouTube…

Descubrimos hace poco un canal en YouTube sobre agricultura urbana, con el simpático nombre de “Llévame al huerto”, y siguiendo el hilo hemos encontrado algunos más relacionados con el mundo de las plantas en general y con la agricultura urbana en particular. Hay varios canales especializados en contar técnicas y trucos para cultivar tus plantas, y si atendemos a la cantidad de vídeos que hay la nueva moda parece que está en crear tu propio huertecito en el balcón.

En seguida pensé que era interesante interesante. Los niños disfrutarían, aprendiendo cosas nuevas y al final podrían obtener una recompensa consistente en comer aquello que han cultivado con sus propias manos.

Hemos empezado con poca cosa, y nos hemos hecho a la idea de que probablemente no salga demasiado después de haber esperado varias semanas, pero sólo el proceso ya ha sido interesante hasta ahora.

Compramos en el vivero la tierra, y las plantitas de cebolla y lechuga listas para trasplantar. Hicimos una primera prueba en una maceta de flores plantando una de cada, ya que hemos aprendido que son plantas que pueden convivir porque se complementan.

Maceta con una lechuga y una cebolla

También compramos dos bolsas con forma de macetero más grande, con capacidad para 60 litros de tierra cada una, de forma que pudiéramos colocar el resto de las plantitas que habíamos comprado.

Un minihuerto en el balcón con lechugas y cebollas

Por suerte la huerta crece despacio, así me da tiempo a aprender todo lo necesario mientras los niños esperan que su plantación empiece a dar sus frutos. Ya hemos empezado con las primeras plantas de tomates e incluso una maceta con guisantes.

Y es que en realidad no hay nada más estimulante que aprender cosas nuevas.

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